El Comité de Ética del Senado estadounidense acaba de dar luz verde para que se cuelgue en el Capitolio un retrato de Bernardo de Gálvez; el malagueño alegre y sencillo que fuera gobernador de Luisiana, virrey de Nueva España, comandante en jefe de todas las fuerzas del Caribe (incluida la armada francesa) y héroe de la independencia norteamericana con una talla equiparable al Marqués de Lafayette.
La historia la escribieron los ingleses y se encargaron de quedar bien ellos y dejarnos mal a nosotros. Pero ahora Gálvez nos brinda la oportunidad de resarcirnos. Y vamos a utilizarla.
Las 2 terceras partes de su territorio actual estuvieron un día bajo bandera española.
Así es: al pensar en la gesta de los conquistadores en América, solemos imaginarlos siempre en México o en las selvas de Perú. Hasta que cae en manos de uno Banderas Lejanas y descubre que españoles fueron los primeros europeos que avistaron el Cañón del Colorado, cruzaron el río Misisipi, atravesaron las grandes praderas o llegaron a Alaska. Una fabulosa narración en la que Fernando Martínez Laínez y Carlos Canales Torres dejan claro que, "mucho antes de que Estados Unidos existiera como nación, España había conquistado ya el Far West y combatido o pactado con las principales tribus indias que luego el cine de Hollywood haría famosas."
Pero es que, además, España tuvo un papel preponderante en la consecución de la independencia de Estados Unidos. Atención, pregunta: En el primer desfile de la victoria norteamericano del 4 de julio de 1783, ¿quién estaba a la derecha de Washington? Respuesta: Bernardo de Gálvez, vecino de Macharaviaya (un pueblito de 500 habitantes a 30 minutos de Málaga ciudad). Bueno, pues ná. ¿Y qué pintaba este paisano allí? Simplemente que se lo merecía.
Este militar que había dado nombre a una ciudad en Texas y a una bahía en el golfo de México (Galveston, derivación de Galvez town, que es la traducción inglesa de ciudad de Gálvez) ganó dos batallas definitivas para la victoria de los patriotas norteamericanos. Primero en Pensacola (hasta poco antes Panzacola), capital de una Florida que llevaba siendo inglesa desde 1763. Allí Bernardo hizo la machada de entrar en la bahía con su barco en solitario, forzando al resto de los navíos a seguirle. Por su hazaña, el rey le permitió lucir en su escudo de armas la leyenda YO SOLO. Y, finalmente, en Yorktown, estado de Nueva York, donde la estrategia militar de Gálvez consiguió ponerle punto y final a la American Revolucionary War.
El general Washington declaró que sin el apoyo de la Spanish Armada - la flota más poderosa del mundo en el siglo XVIII- las colonias no hubieran ganado nunca la guerra a Inglaterra. Pero sólo los franceses, y especialmente Lafayette, que tiene calle prácticamente en todas las ciudades de Estados Unidos, se llevaron la gloria. ¿Por qué? Muy sencillo. Lo explica Martha Gutiérrez-Steinkamp en su Alianza Olvidada: al rey Carlos III no le interesaba prodigar que España apoyaba a las colonias del norte porque la idea de la independencia podía contagiarse a las colonias del Sur. Y sin enterarnos seguimos.
Podeis seguir con la historia y como una española se ha movido para que el retrato de este señor , se cuelgue en el congreso
http://www.huffingtonpost.es/guillermo-fesser/estados-unidos-de-espana_b_5602845.html