Fecha: 01/08/08
Las dunas restituyen búnkeres nazis intactos en una playa danesa
01 de Agosto de 2008, 04:03am ET
HOUVIG, Dinamarca, 1 Ago 2008 (AFP) -
Linterna en mano, reptando por la arena, Tommy Cassoe, en plan Indiana Jones nórdico, sale de un búnker, uno de los 7.000 diseminados por la Alemania nazi a lo largo de la costa oeste de Dinamarca para contrarrestar una invasión aliada por el mar del Norte.
"Misión cumplida. El búnker está vacío", exclama, al tiempo que exhibe su botín en la playa de Krylen invadida por los curioso: bidones de reabastecimiento roñosos, un frasco de plástico con una pomada contra gas mostaza y cables eléctricos.
"Una sensación" para los arqueólogos, porque este búnker y otros tres sepultados en las dunas desde 1945, al norte del fiordo de Ringkoebing, reaparecieron la pasada primavera por efecto de una violenta tempestad y olas muy altas que sumergieron la playa.
Estos búnkeres no son como los demás. "Los encontramos completamente equipados con camas, sillas, mesas, sistemas de comunicación, además de efectos personales de los soldados que vivían allí", cuenta Jens Andersen, director del museo de Hanstholm, especializado en las fortificaciones nazis del "Muro del Atlántico".
Los búnkeres construidos en Dinamarca durante la ocupación alemana (1940-45) fueron "vaciados por los daneses después de la Segunda Guerra Mundial para recuperar el hierro y otros materiales que se necesitaban", agrega. Exceptuando cuatro.
Este descubrimiento, fortuito, por dos niños de 9 años en mayo pasado, es "única en Europa", afirma Bent Anthonisen, un danés experto en historia europea de los búnkeres.
Es "como entrar en el corazón de una pirámide rodeados de momias (...) Lo que vi me dejó pasmado: era como si los soldados alemanes lo hubieran abandonado ayer mismo", agrega Cassoe.
Los arqueólogos también están fascinados. En cuestión de días, encuentran un montón de objetos: galones, calcetines, ropa interior, botas, un bote de mostaza o un frasco de aguardiente, libros, tinteros, sellos con la efigie de Hitler, llaves, etc.
"Era una carrera contrarreloj con los saqueadores de tumbas", cuenta Anthonisen.
La playa de Krylen se ha convertido en la atracción del verano para miles de turistas, sobre todo daneses y alemanes.
Incansable, Anthonisen desvela con pasión el interior de uno de esos colosos de cemento armado donde nueve soldados y su comandante vivieron cinco años compartiendo una superficie de 20 m2.
Las reacciones son contrastadas.
"Este descubrimiento puede ser comparado al de la tumba de Tutankamon. Debe ser preservada. Dinamitar estos búnkeres, como sugieren algunos, sería como negar que existió la Segunda Guerra Mundial", estima Ole Becher de Holstebro, nieto de un resistente denunciado a la Gestapo.
Por el contrario, Mogens Kock Hansen dice que está "asqueado con que quieran atraer turistas con este tipo de desechos".
El director del museo de Ringkoebing-Skjern, Kim Clausen, destaca que "no es un descubrimiento de la Edad de Bronce", pero sí "increíblemente auténtico" y constituye una fuente de información sobre la vida diaria en estos búnkeres.
En el centro de conservación del museo en Oelgod, a unos 30 km del mar, adonde llevaron todos los objetos para ser tratados y seleccionados, el conservador alemán Gert Nebrich subraya que "este descubrimiento es muy interesante porque es rarísimo".
Señala la excepcional calidad de conservación de los objetos, sin duda "porque estuvieron encerrados 60 años en el frío y la oscuridad" antes de desvelar dos sellos con la efigie del Führer muy bien conservados.
Bent Anthonisen afirma que esos sellos "sirvieron para mandar regalos a las familias de los soldados en la Navidad de 1944".
"Este tipo de descubrimiento insufla nueva vida a la Historia y a la fascinación que sigue existiendo con esta última guerra", resume en un editorial el diario Ringkoebing-Skjern Dagbladet.
Fuente:
http://www.univision.com/