España jugó un importante papel en esta fundamental operación de engaño. Se trataba de convencer al Alto Mando alemán que los aliados invadiarían los Balcanes y Cerdeña en lugar del verdader objetivo que era Sicilia.
El plan consistía en abandonar en aguas españolas el cadáver de un supuesto oficial de la Armada Británica (el Mayor William Martin) con una cartera donde se dejaron falsos documentos secretos aliados con el fin de desviar la atención de los alemanes sobre Sicilia e intentar que éstos dispersasen sus fuerzas. El plan se basó en el la colaboración entre los servicios secretos alemanes y las autoridades españolas. El plan fue un éxito rotundo.
Al frente de esta maniobra de engaño estaba el capitán de corbeta Ewen Montagu, del servicio secreto naval Inglés, el cual fue asesorado por el patólogo Sir Bernard Spilsbury.
Necesitaban el cuerpo de un hombre que aparentase haber muerto por ahogamiento. Localizaron el cuerpo de un hombre de 34 años muerto recientemente por una neumonía producida químicamente por ingestión de raticida. El líquido que esa ingesta produjo en sus pulmones se asemejaba a los efectos de haber permanecido en el agua mucho tiempo.
Hablaron con su familia de la operación y les pidieron jurar mantener el secreto. La familia lo aceptó, con la condición de que nunca se revelase su identidad.
Para dar credibilidad al Major Martín, se dejaron en su cuerpo numerosas y discretas pistas que hicieran pensar a los alemanes que aquel militar era además un típico inglés.
Montagu le endosó a Martin una novia que se llamaba Pam, de la cual llevaba consigo varios indicios tales como fotos y cartas de amor. Entre sus pertenencias se incluyó un juego de llaves, entradas de teatro recientes, una factura de alojamiento de su club de Londres, etc... Para reforzar el engaño, Montagu y su equipo decidieron insinuar que era algo descuidado, con facturas sin pagar, una tarjeta de identidad duplicada para reemplazar la que había perdido, un pase caducado del Cuartel General de Operaciones Combinadas que se le había olvidado renovar y una airada carta de su banco, el Lloyds Bank por un descubierto de poco más de 17 libras.
Era imprescindible que tanto el cuerpo como los documentos fuesen recuperados juntos. Para ello, el Comandante Martin llevaría una cadena alrededor de su gabardina, lo que indicaría la responsabilidad e importancia del Major Martín en las futuras y decisivas operaciones a desarrollar por los aliados en el Mediterráneo.
Por supuesto, Martín también era portador de la trampa. Unos documentos estratégicos de suma importancia que harían la delicia de los alemanes. Se trataba de una carta del General Archibald Nye, para al General Harold Alexander, Comandante del XVII Cuerpo de Ejercito en Túnez. En esta carta se hablaba de una posible invasión aliada por Grecia, pero a la vez se dejaba entrever que la realización de una maniobra de despiste al enemigo por la zona de Sicilia, se había desechado técnicamente.
Imagen del cadáver del "Major Martin" preparado para cumplir su misión.
El supuesto plan que portaba Martín consistía en que Alexander atacaría Córcega y Cerdeña. Por su parte, el General Sir Henry Wilson atacaría Grecia, dando a esta falsa operación el nombre de "Operation Husky", que era el verdadero nombre de la operación de desembarco en Sicilia.
La carta indicaba que el desembarco por Sicilia era un engaño. Esto debía dar la impresión a los alemanes de que se enfrentaban a fuerzas lo bastante potentes para efectuar dos grandes operaciones simultáneas, y que tendrían lugar lejos de Sicilia, obligándolos a dispersar sus fuerzas para enfrentarse a la amenaza.
Para resaltar el secretismo de la carta y dotar a Martin de la cualificación requerida para viajar al Norte de África y ser el mensajero de tan vasta operación, Montagu incluyó otra carta de Lord Louis Mountbatten al Almirante Sir Andrew Cunningham, Comandante en Jefe del Mediterráneo, en la que Mountbatten ensalzaba la experiencia del Comandante Martin en operaciones anfibias y que era portador de una carta demasiado importante para ser enviada por los canales normales, lo que explicaba la necesidad del vuelo de Martin. La carta señalaba a Cerdeña como el objetivo del desembarco.
El Mayor Martin dejó Inglaterra por última vez el 19 de abril de 1943. Se le transportó en un recipiente especial relleno con hielo seco a bordo del submarino HMS Seraph, al mando del Tte. de Navío N.A. Jewell. La operación estuvo a punto de fracasar al ser confundido el Seraph y atacado por un avión de la RAF mientras estaba en superficie. Poco antes del 30, el Seraph salió a la superficie a cerca de una milla de la costa española, cerca de Huelva, en Punta Umbría y prepararon el cuerpo para lanzarlo. Hincharon el chaleco salvavidas del Mayor y se aseguraron que el portafolio estaba firmemente sujeto a la cadena. Luego Jewell dijo una corta oración y deslizaron al Mayor Martin por el lado. Unas pocas horas más tarde un barco pesquero recogió al marino y lo llevó al puerto. El agente local del Abwehr hizo el resto.
Después de algún retraso y enredo diplomático, el gobierno español al final devolvió el portafolio de Martin, aparentemente sin abrir. Una vez que los documentos regresaron a Londres, el examen microscópico del papel reveló ciertamente que había sido abierto y presumiblemente fotocopiado. El cuerpo, entretanto, recibió una rápida autopsia que confirmó las predicciones de Spillsbury. Se dictaminó la muerte por ahogamiento. El Mayor Martin fue sepultado unos días más tarde en Huelva con honores militares completos a los que asistió su apenada prometida Pam, que en realidad era una agente del MI5. De vuelta en Londres, la edición del 4 de junio de The Times comunicó la muerte de Martin en la lista de bajas. El Abwehr, por supuesto, tomó nota de todo ello.
Mincemeat funcionó a la perfección. "La autenticidad de los documentos capturados está fuera de duda," dijeron los alemanes. El OKW alemán, también. El 12 de mayo de 1943, Hitler publicó una orden con su estimación de la situación en el Mediterráneo. El Führer ordenó que las medidas en lo concerniente a Cerdeña y el Peloponeso tienen preferencia sobre todo lo demás. Ordenó la intensificación de las fortificaciones en Cerdeña y Córcega, y envió a una brigada adicional de las Waffen SS a Cerdeña. Envió a su comandante favorito, el Mariscal de Campo Erwin Rommel a Atenas a formar un grupo de ejércitos. Envió una división panzer a Grecia desde de Francia. Quizá lo más dañino para la situación alemana, es que ordenó a dos divisiones panzers adicionales que se preparasen para ir a Grecia (desde Rusia) cuando los alemanes se preparaban para el momento decisivo en Kursk.
El hombre al que se conoció como Comandante Martin sigue enterrado en el cementerio de Huelva.
En 1996 un historiador aficionado llamado Roger Morgan encontró evidencias de que Martin fue un alcohólico vagabundo galés llamado Michael Glyndwr que murió por ingerir raticida, desconociéndose cualquier otro detalle de esa extraña ingesta.
La lápida del cementerio de Huelva recoge también el nombre auténtico del cadáver allí enterrado, haciendo mención a su pasado como el comandante Martin.
Desde el entierro de William Martin siempre hay flores frescas en su tumba. En 2002 se reveló que eran colocadas por Isabel Naylor, hija de un trabajador inglés de la Rio Tinto Company Limited, que siguió la tradición que su padre inició cuando ella contaba 14 años. Ha sido condecorada por el gobierno inglés por ello.
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