En España éso es imposible. No se pueden organizar homenajes conjuntos. Y no se pueden organizar homenajes conjuntos porque hay gente que destila odio, y todavía creen que los de un bando eran muy buenos y los del otro bando eran muy malos. Y no lo entiendo, porque son gente que ni siquiera vivió esa época. Ellos sabrán porqué son así.
Por si alguien no se acuerda, el día 12 de octubre de 2004, en el desfile de las Fuerzas Armadas, al Ministro de Defensa, José Bono, se le ocurrió sacar a desfilar a un veterano de "La nueve" junto a un veterano de la División Azul, y al final se abrazaron amigablemente. Pues bien, a Bono le llamaron de todo menos guapo. Y le llamaron de todo menos guapo por sacar al de la División Azul. Del de "La nueve" nadie protestó. De nada le sirvió a Bono explicar que el abrazo final era una buena noticia y una gran alegría para todos los españoles. Le siguieron llamando de todo.
Tuve la suerte -o la desgracia- de nacer en una época en que la mayoría de los combatientes de la Guerra Civil seguían vivos. En mi propia familia, había ex-combatientes de los dos bandos, sobre todo del bando que perdió. Gracias a ellos pude conocer de primera mano cómo fueron los combates en la Ciudad Universitaria, y en Teruel, y en la Cuesta de la Reina (Seseña). Y pude conocer de primera mano cómo era "el Campesino", y también pude conocer de primera mano cómo eran los campos de concentración del sur de Francia.
Todo éso me lo contaban porque yo les atosigaba a preguntas. Si no, no solían hablar nada de la guerra. Para ellos era algo que pasó y punto, "y que no vuelva a pasar", me decían. Tan solo hablaban algo de la guerra por propia iniciativa, para recordar alguna anécdota graciosa que nos hacía reír a todos.
Y hoy, ochenta años después, hay que soportar a gente que no estuvo allí, hablar todo el día y toda la noche de la guerra, para ensalzar a un bando, y despotricar contra el otro.
Vale ya, por favor, vale ya. Que ésto es un foro de coleccionistas de militaria, y no un foro de coleccionistas de nostalgias. Y es que no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió.